Implica la recopilación de datos: -Conocer motivo de consulta. - -Historial médico y referencias de estudios psicológicos y tratamientos. -Historial personal, familiar, generacional, de pareja, vida sexual. -Historia de vida relacional, de trabajo, grupos sociales. -Estilo de vida, hábitos e intereses. -Datos referenciales de su estado emocional, cognitivo y fisiológico tanto a nivel funcional y disfuncional. -Datos significativos que aporten la relación entre el motivo de consulta y situaciones específicas de vida.

En este proceso se pretende obtener valoraciones y ampliar el conocimiento del consultante por medio de evaluar la personalidad, valores, actitudes, experiencias adversas o conductas específicas para ello se aplican test psicológicos, protocolos, cuestionarios, escalas, así como conocer el nivel de inteligencia y procesos cognitivos como memoria, percepción, atención, comprensión y otras referencias de interés que ayuden a ampliar el conocimiento integral del consultante.

En este espacio terapéutico se desarrolla: - La psicoeducación de la terapia idónea al problema del consultante y orientación científica de bases como la fisiología del trauma, la teoría polivagal, la evidencia del uso de practicas terapéuticas. -Desarrollo de la terapia, aprendizaje de técnicas y recursos de afrontamiento, de control y estabilidad emocional, manejo y desensibilización del trauma, desarrollo de la resiliencia y autoestima. -Actividades de reflexión , cognitivas y de desarrollo para el consultante para efectuarlas en casa. -Desarrollo y llenado de registros de conducta, de emociones, etc. -Ejercicios de relajación, somáticos, de mindfulness. -Evaluación de logros esperados en la terapia o retrocesos del mismo. - Atención psicológica de emergencia, ante una crisis o monitoreo eventual, según el caso. -Motivación constante para incorporar procesos de vida positivos.

Evaluación de logros terapéuticos del consultante, por medio de re-test o protocolos así como por medio de la entrevista y registros de control logrados en todo el proceso de tratamiento. Por tanto, se realiza la valoración integral de la estabilidad emocional, cambios sustanciales que evidencian el control de la situación que conllevo a consulta, mejora en la proyección de vida a futura y positivismo en continuar un proceso de vida sin el soporte psicológico del terapeuta. No obstante, se deja abierto el apoyo cuando sea necesario.